ENTRE LOS ABORÍGENES KIBIRI de Nueva Guinea se considera
que si una persona fallece de noche durante la luna nueva, no podrá hallar el
camino hacia el otro mundo. En dicha circunstancia, es una obligación de los
deudos más cercanos ayudar al alma en desgracia a efectuar su viaje final. Este
mandato es asumido con tal responsabilidad por los Kibiri, que el antropólogo
Robert Dixon-Kraus testimonia en su libro «The moon as myth in archaic
societies» el caso de un hombre que, al contar sólo con tres de las cinco
cabras que le requería el médico brujo por el ensalmo que alumbrara el sendero
de su esposa, completó la diferencia con sus dos únicas hijas, para reposo de
su conciencia.
Aunque los lectores más antiguos de El elefante acaso lo retengan en la memoria, vuelvo a publicar el presente texto ya que se ha hecho acreedor de un accésit en la convocatoria 3x200 que organizara recientemente Cuentos para el andén.
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